“In the fields and in the forests,
Under the moon and under the sun
Another summer has passed before us,
And not one man has,
Not one woman has revealed
The secrets of this world.”
Under the moon and under the sun
Another summer has passed before us,
And not one man has,
Not one woman has revealed
The secrets of this world.”
(In
The Dark Places)
Pj
Harvey
ASÍ SOMOS
Te conozco ahora cuando aún
no existes por enésima vez y siempre eres tú, lo que tiembla en la cabeza, la
forma que les das a los zapatos de andar por la existencia, casi saltando,
viviendo como si nada fuera tan alto como para no intentar perderse en otros
lados.
Te conozco. Yo te vi antes
de ser encerrado. Y nos encontraremos en alguna parte cuando escape de éste
lado. Voy a hacerlo. Yo te sigo.
Te conozco. Nunca te calles.
Puedo oír y con el oído puedo verte y viéndote puedo tocarte y tocándote te
reconozco. Mi cabeza entonces también tiembla. Compartimos delirio desde antes
del diluvio. Casi fuimos peces.
Te conozco. Hemos estado en el
mismo lugar tantas veces como tiempos nos han confundido en el espacio de
vernos, nos hemos olido, caído en la sombras del otro, cruzado en estados
opacos, fundido en litros de psilocibina; y otros ouijas y ascensores de entre
dimensiones…
Te conozco. Pronto nos
despertaremos y no habrá sido un sueño. Reconoceremos el otro lado. Estaremos
yendo. Nos pondremos otra vez de parte de la realidad, la nuestra, que no hay
otra. La locura, el vértigo, escaparnos de ésta parte decadente, de ésta
decencia enlutada de tragicomedia de la hipocresía que nos pinchan aquí, aquí y
aquí.
Te conozco. Casi fuimos
heces. Nunca te calles. Puedo escaparme de aquí por tu voz. Puedo ver y tocar y
agarrarme a tu voz. Voy a hacerlo. Nos encontraremos en tu boca y en la mía no habrán
piedras. Mi cabeza entonces habrá muerto. Temblaremos con la misma.
Te conozco. Me conoces sin
saber si formo parte del montaje. Me reconoces cuando no me encuentran ni las
alimañas, detrás de las sobras que deja la soledad para nadie. En mis desencuentros
con los mutantes, con los parciales, con los participantes, me encuentras donde
no puede haber nadie.
Me conoces. Por eso respiro.
Por eso a veces respiro sabiendo que vamos a respirar después de hacerlo sin habernos
dado cuenta antes, cuando lo hemos hecho por separado, cada uno a su aire
impuesto.
Me conoces. No debo
callarme. Por eso puedo escaparme de aquí. Me conoces sabiendo que tal vez no
exista. Por eso existo. Existo porque me conoces. Nunca te calles. Voy a
agarrarme a tu voz. No hay otra.
Me conoces. Reconoces mi
temblor, mis estados opacos, lo oscuro de los alcaloides de la descomposición en
masa, éste apocalipsis sin bomba, sin plaga, de nata de leche de vaca mecánica con
aloe vera y naftalina para menores aún por pervertir, por impedir dejar ser,
por convertir.
Me conoces. Hay un ciclo de
cristales que llevan tu luz cuando se calla hasta la muerte y la noche
atraviesa el alma sin alma de la nada. Hay un estigma de nácar que entona
brillo donde la oscuridad es de piedra en tu voz. Hay nuestra inexistencia en
nuestra forma de existir para que existamos, para haber sido y no haber
renunciado hay que creer que seremos, que somos.
Nos conocemos porque no
existimos. Al revés es imposible. Sólo desde aquí, detrás de éste lado lo hace
posible, lo hacemos, nos hacemos, nos creamos el uno al otro para conocernos.
Imposible es al revés. No existimos porque nos conocemos. Somos así.
griFOLL
7.12.2014
poblepoema