el tiempo
pellizca tus paredes amarillentas
cansancio reposado
polvo añejo
botellas de marca blanca
gentes sin rostro
voces del silencio
ahogadas,
en el fondo del vaso
barbecho del futuro.
Labios anónimos
apagan el fuego en el vidrio y
en la calle,
los besos se cobran por adelantado
cuando la noche susurra voces de otros tiempos
otros mundos.
El diablo se ha cobrado la deuda,
mañana no recordaré nada
salvo a una vieja bailando el penúltimo vals.
Me reconozco en su risa aletargada
llanto amargo disuelto en la espesura del sabio licor,
agolpado en la garganta.
Súbitamente enmudezco.
Duro y silencioso trago
de un sábado cualquiera
punzada en el estómago
decrépito ascenso al zenit.
Locura.
Zulima Martínez
Diciembre 2010