Roto rotísimo imposible de romper
ya más ni vuelto a pegar o medio pegar para volver a pseudoromper o
pseudomedioromper. Así andaba de alma ése niño que había crecido sin previo
aviso ni pubertad ni nada, fue de un día para el otro. Cuando se vio en el
espejo dijo mierda muchísimas veces seguidas, pero no funciono, ya era un
hombre y las mierdas mágicas no existían para él. Va así. Lo primero que hizo
fue llenarse de nervios y de estupideces para no andar diciendo yupi’ s o
chirimondigas de niño chico que vive en una casa de bobos criado por sus tíos
burgueses. Despedazadísimo de sí mismo, resquebrajado, más inútil que una caña
pollada salió a la calle el hombre que ya no era niño. Le ofrecieron drogas,
religiones, ideas y hasta pasamontañas. Dijo que claro que sí a lo de las
drogas, pero después le querían hacer pagar y de eso nadie le había avisado y
mierda, no tenía dinero. Pensó que para tener dinero ya no podría pedírselo a
sus tíos, pues con éste cuerpo de hombre ya no lo reconocerían, así que
enseguida lo tuvo claro y se hizo ladrón. Y como tampoco aspiraba a grandes
cosas el hombre, pues no le fueron nada mal sus pequeños hurtos. Era hábil. Claro,
y muy bueno, era un niño. Pero pobre desgraciado, al cabo de nada se despertó siendo
un viejo terrible, jodidísimo, arrugado y con una gracia de movilidad que daba
más pena que ver a una tortuga bocabajo. Mierda mierda mierda. Y al tercer día
se murió. Primero fue al cielo pero se aburrió y se fue al infierno, estaba
lleno de diablas y diablos que le parecieron buena gente así que se quedó.
Actualmente cohabita allí en pecado con una diablesa y tienen tres diablillos.
griFOLL
4.3.13
casserrespoblepoema