Lo que se refería el hombre, por
salir, no era a que le dieran de aires comprimidos o con gases lacrimógenos,
sino a respirar otras formas de silbar más alegres, ver a los niños fugarse de los
coles, sotanas colgadas en los hábitos, jilgueros, palomas, extraterrestres,
saltamontes de alta mar volviendo a casa por Gibraltar, amantes prohibidos prohibiéndose
prohibir por los portales, nubes, pipas con cáscara, muertos en los
cementerios, películas de cine, discos redondos, espejos para peinarse, pasamontañas
para robar y cinco mil cuatrocientas seis cosas más, mas no fue eso por lo que aquel
hombre decidió volver a la cárcel ya que supo adaptarse al apocalipsis con una
habilidad sobrenatural, sino por el café, afuera estaba amargo.
griFOLL
20.01.2015